lunes, 27 de octubre de 2008

Más de Lisboa.

Pego aquí un email que le envié a Lata (con su autorización) porque no me apetece escribir:


"Hola lata,

pues por aquí todo fantástico y maravilloso.

Empiezo por lo peor: las cuestas y los adoquines. En Lisboa para ir de un punto A a un punto B, vas a tener que subir, como mínimo, tres cuestas. Independiente de lo cerca que estén los puntos A y B entre ellos. Y no son cuestecillas, no, son señoras cuestas con una pendiente del 12% muchas de ellas. Y, por supuesto, en todas ellas tendrás esos pequeños adoquines claros (de ahí lo de luminosa) y descolocados (de ahí lo de decadente), que no harán otra cosa que darle emoción a la aventura de enfrentarse a la cuesta de turno, destrozándote los pies.

El resto es todo bueno. Es una ciudad preciosa. Luminosa, sí. La luz que tiene Lisboa no es comparable a nada. Hasta en el día más nublado tienes que ir con gafas de sol. Decadente también, aunque cada vez que lo pienso, me da la impresión de que la decadencia de esta ciudad no es más que dejadez por parte del gobierno municipal, que ha sabido encaminarlo hacia una visión turística (muy bien hecho por su parte, se ahorran dinero y ganan turistas), pero que sí que es cierto que le da un encanto muy atrayente.

La noche lisboeta es una pasada. Primero porque Lisboa de día y Lisboa de noche son ciudades distintas. No tienen nada que ver. Hasta parece que cambian las calles o algo. La zona de marcha por excelencia, que es el Barrio Alto, durante el día da miedo. Es viejo, feo, medio vacío y sólo ves a gente rara, pero de noche no sé qué pasa, que aparecen bares preciosos (y baratos) donde creías que había un almacén abandonado. Otra zona es El puerto de las Docas, que viene a ser un viejo puerto como abandonado, pero que han rehabilitado dejando una dársena con sus barquitos y, en los almacenes, locales impresionantes, amplios, y con toda oferta de ocio nocturno que te puedas imaginar.ahí tienes buenos restaurantes, bares, pubs y discotecas. Todo bien juntito debajo del súper-puente. Y luego tienes repartidos por toda la zona centro, restaurantes, bares, pubs y discotecas un poco desperdigados. Sólo fuimos a una discoteca perdida en no-sé-dónde el primer sábado porque había una fiesta Erasmus. Pero ya iremos viendo.

La actividad cultural también es importante. Por la zona centro te vas encontrando con museos, salas de exposicoones,... constantemente. Monumentos, iglesias, fuentes,... De todo. Muy bello todo ello. Todavía no hemos tenido tiempo de ir a ver nada de esto, pero todo se andará. De hecho, mañana vamos a ir a ver Sintra, pueblo cercano, con una asociación de estudiantes que ha organizado el viaje.

Nuestra zona, al llegar fue un poco... decepcionante. Nuestra calle, concretamente, está muy mal cuidada, con sus adoquines levantados (por supuesto), sucia, no sé, una calle "chunga". Pero según ha ido pasado el tiempo, nos hemos dado cuenta de que no es para tanto. El barrio es muy bueno. Tenemos todos los servicios a un máximo de 5 minutos andando (menos el Corte Inglés, que 10 minutos) y tres paradas de metro, de dos líneas distintas también a 5 minutos. La escuela la tenemos a 3 minutos, ideal para ir a clase a las 8 de la mañana con más ganas.

En la escuela, pues bueno, la mayoría de los profesores se portan muy bien con nosotros, preguntándonos constantemente si entendemos y parece que se esfuerzan en que nos enteremos de todo. Lo malo, es que nos hemos dado cuenta de que nos pasamos cogiendo asignaturas, y estamos un poco desbordados. El planteamiento de Bologna, me está pareciendo bastante positivo. En teoría, por cada hora de clase dada, debemos trabajar en casa dos horas, y para superar una asignatura, pues hay que hacerlo así, porque en todas tenemos trabajos y entregas de prácticas, ejercicios,... que llevan su tiempo. Pero bueno, como todo eso cuenta para nota, pues parece que es más llevadero. Pero esto te lo confirmaré en cuanto lleguen las notas. El campus es muy grande, bien cuidado, con sus jardines y paseos. Y la buracracia, por el momento va funcionando. Los funcionarios no te escupen cuando te atienden (algo que valoro cada vez más) ni te hacen ver que te están salvando la vida por hacer su trabajo.

Y poco más que comentar. Nuestro compañero de piso es un poco,... introvertido. Está siempre en su habitación y casi no habla con nosotros. Pero se porta bien, no hace mucho ruido y nos saluda cuando llega y cuando se va, cosa que no está mal. (Cada vez es un poco más abierto y nos cuenta cosas).

Y después de esta Biblia que te acabo de redactar, me voy a merendar algo, que tengo hambre. Además, esta emana nos veremos, que tenemos que ir a pelearnos con los papeles de la matrícula y toda la gaita de turno.

Mucha suerte en todo.

Beijinhos.

Alberto."

No hay comentarios: